sábado, 20 de agosto de 2011

5 síntomas de preocupación en el recién nacido

Los primeros sustos en mamás primerizas
De un recién nacido nos preocupa casi todo: si tiene hipo, estornuda... Habitualmente se tratan de respuestas normales en su nueva etapa de adaptación a la vida extrauterina.
Te contamos esos primeros signos y síntomas, habituales en el recién nacido, que no suponen una alarma en la salud del bebé:

Pérdida de peso
recién nacidoTodos los niños pierden peso al nacer, es lo que se conoce como pérdida fisiológica, pudiendo adelgazar hasta un 10 por ciento del peso del nacimiento. Ocurre de este modo, porque nacen con un exceso de líquido que van perdiendo posteriormente.

Por este motivo, si en los primeros días le sucede esto a tu bebé, no pienses que es porque tu leche no le alimenta. A partir del sexto día empezará a recuperar su peso. Si no sucede así en una-dos semanas, consúltalo con tu pediatra.

Hipo
Que el niño tenga hipo no tiene ninguna importancia. Éste se produce por el estímulo de un nervio cuando la comida llega al estómago e igual que aparece, desaparece solo. Poniéndole al pecho, le ayudarás a que desaparezca más rápidamente.

Engordaderas
Es frecuente que el bebé tenga unos granitos blancos o amarillentos en la cara, llamados tradicionalmente engordaderas. No los toques ni intentes explotarlos, pues son acúmulos de grasa que desaparecerán por sí solos.

Costra láctea
Igual de común es encontrarnos unas placas de escamas, blanquecinas o de color amarillento, fuertemente adheridas a su cabeza. Se trata de la costra láctea. Un problema, simplemente estético, que acaba desapareciendo con el tiempo, aplicando vaselina o un aceite corporal.


costra lácteaCaracterísticas de las deposiciones
No debes asustarte con las primeras deposiciones del recién nacido. Expulsará el llamado meconio, unas cacas negruzcas, densas y pegajosas, de aspecto muy parecido al petróleo.

Posteriormente comenzará con el ritmo intestinal normal de un bebé, es decir, deposiciones frecuentes (incluso tras cada toma) y líquidas, sin que se trate de diarrea. Tras unas cuatro o seis semanas es habitual que el ritmo de evacuación se vuelva más lento y hagan deposición una vez al día o incluso menos.

También es normal que nos parezca extraño el color. Suelen ser verdosas o amarillo-verdosas. Esta coloración se debe a la bilis. Si fueran verdes, pero líquidas, con moco y frecuentes, debería ser valorado por su pediatra.

La adopción

Cómo y cuándo revelar la verdad a tu hijo
En la sociedad en la que vivimos cada vez es más común, y esta mejor visto, recurrir a la adopción de un niño cuando una pareja tiene problemas de fertilidad o simplemente, para ofrecer al menor la oportunidad disfrutar de una vida en familia. Por lo general este proceso se lleva a cabo cuando el niño está en sus primeros años de vida.



Con la llegada del nuevo miembro a la familia surgen las dudas en los padres adoptivos sobre cómo abordar la situación con su hijo por miedo a cómo pueda afectarle la revelación y sobre todo, por miedo al rechazo.


El mejor momento

Los psiquiatras recomiendan que sean los propios padres los encargados de informar al niño acerca de su origen para evitar que el enterarse por personas externas al seno familiar originase una fuerte desconfianza hacia los padres que marcaría la relación durante años. Además, tratando el tema con naturalidad se evita que el niño asocie su proceso de adopción con algo vergonzoso y malo.



familiaRespecto a la edad más adecuada para ello, los especialistas no se ponen de acuerdo en si lo mejor es hacerlo en edades tempranas o esperar a que el niño crezca. Lo que si consideran necesario es que la confesión se produzca antes de que el niño llegue a la temida etapa de la adolescencia.



Los que recomiendan que los padres conversen con el hijo sobre su origen en los primeros años de su vida, consideran que es la mejor forma para que el niño acepte e integre la idea de ser adoptado en su vida con total normalidad evitando posibles futuros problemas psicológicos. Por el contrario, hay quien considera que ese momento temprano puede provocar confusión en el niño al no entender el concepto de adopción, por lo que recomiendan esperar a que el niño sea más mayor.


El niño en la adolescencia

Es muy normal en adolescentes la necesidad de la búsqueda y lucha por la identidad, analizando cómo encajan en la sociedad (familia, amigos, compañeros...). Por ello, es más común de lo que creemos que el niño adoptado sienta una especial curiosidad por conocer cualquier información sobre sus padres biológicos que le ayude a saber quién es a través de su origen. No hay porqué alarmarse, esta búsqueda de información no es sinónimo de rechazo hacia los padres adoptivos. Es importante hacerle saber al niño que es un deseo natural y que no debe sentirse culpable por ello. Además, si se dispone de la información, lo más correcto es ofrecerle, con tacto y mediante una conversación dándole apoyo, la información sobre su familia natural.


Las consecuencias de la verdad

familiaEs muy difícil marcar unas reacciones comunes a todos los niños, según la edad y el grado de madurez reaccionarán de manera diferente.



Es importante hablar de la adopción con franqueza, respondiendo a todas las dudas que puedan surgir, presentándola como algo positivo en la familia. De este modo, evitaremos que el niño fantasee sobre su origen y rechace la idea de ser adoptado.



Cada caso es único, por ello, si fuera necesario, no hay que dudar en recurrir a un especialista. Puede ser de gran ayuda tanto en los casos en los que los padres no saben cómo hablar de la adopción con su hijo y buscan asesoramiento previo, como en aquellos en los que tras haber sido desvelada la verdad se quiere analizar las consecuencias que haya podido ocasionar en el seno familiar o si, por desgracia, la noticia no ha sido bien acogida por el niño.