Emprendedor Repostería, pasteleria, cocina alternativa y vanguardistas con MarilynV 🇻🇪 Delicias de Repostería
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domingo, 11 de noviembre de 2012
La batalla: teléfono versus hijos
Los conocemos como teléfonos más por costumbre que por otra cosa. La verdad es que ya son casi asistentes personales, computadoras, centros de compras, es donde nos enteremos de lo que está pasando en la vida de familiares y vecinos, desconocidos y famosos.
Para muchas mamás, nuestros teléfonos inteligentes son una tabla de salvación. Los usamos para comprar, ahorrar, planificar vacaciones, estudiar, buscar información, ayuda sobre algún padecimiento o conducta inexplicable de nuestros hijos; navegamos a nuestro antojo para buscar y encontrar literalmente lo que se nos ocurra y necesitemos.
Veo mamás revisando emails mientras amamantan a sus hijos. Otras texteando mientras los niños juegan en el parque. En restaurantes, cuando hay reuniones familiares. Hablando por teléfono cuando conducen, y también texteando aunque mil veces nos recuerdan lo peligroso que es. Los usamos en todos lados. Son casi omnipresentes.
El teléfono agrega otro ejercicio de malabarismo a mi experiencia como mamá. Te cuento. Trabajo por mi cuenta y el teléfono es mi centro de negocios y operaciones. ¡Un alivio en realidad! Me permite hacer mucho sin tener que estar atada a un escritorio. Todo funciona de maravillas mientras mis hijos no están en el escenario.
El asunto se complica cuando estamos todos juntos, en dias de semana y yo tengo cosas pendientes por resolver. Entonces me pasa que no estoy ni aqui ni allá. No participo, no respondo con coherencia porque mi cuerpo está con ellos, pero no mi mente y allí está la raíz del conflicto. Por ratos, viene la culpa. Por un lado, me siento mal porque sé lo que está ocurriendo y puedo ver la cara de frustración de mi hijo mayor cuando sabe que no estoy del todo con ellos. Por el otro lado, la presión y la responsabilidad de asuntos profesionales pendientes que sé que tengo que atender, muchas veces en poco tiempo.
Tengo tres recordatorios que uso y que me ayudan a mantener la sanidad mental en lo que parece ser una batalla constante. Siento que es algo así como una guerra de atención entre mis hijos y mi Iphone. Estas son las claves:
Cuando me quedan cosas de trabajo por hacer que no pueden esperar y no me alcanzo el dia, los pongo a jugar juntos un rato y les explico que necesito terminar el trabajo. El mayor ya entiende y generalmente coopera y hasta me ayuda a entretener al bebé.
Si no hay nada urgente pendiente, pongo el teléfono en vibrador y le aviso a mi esposo que llame a casa si necesita hablar conmigo.
Si me toca un dia pesado, bien ocupado, simplemente respiro y me recuerdo que no se va a caer el mundo. Entre mis hijos y el teléfono, mis hijos ganan casi siempre.
¿A ti como te va en esta batalla? ¿Te pasa como a mi? ¿Divides tu atención entre tu teléfono y tus hijos?
miércoles, 14 de septiembre de 2011
Babitas y más babitas
Puede que todavía no veas nada blanquito asomándose por esas encías, y probablemente no sea hasta los seis meses cuando a tu bebé le salga su primer diente, ¡pero sus dientecitos están ya aproximándose a la superficie! Los juguetes para morder, incluyendo los que están llenos de agua y se pueden meter en el refrigerador, pueden calmarle las encías. A algunos bebés les salen los dientes sin más problemas, pero otros se muestran muy irritables y tienen muchas, muchas babitas.
Tus dudas resueltas
¿Por qué a veces están frías las manitas de mi bebé?
En general, no tienes nada de qué preocuparte. Al igual que ocurre con los adultos, el bebé está manteniendo sus órganos vitales calentitos, dirigiendo parte del calor de sus manos a su torso. Si tiene las manitas frías y quieres asegurarte de que está bien, pon una mano en su pecho para saber si esa parte del cuerpo está a una buena temperatura, sugiere Jason Homme, un pediatra de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota. Si ése es el caso, está bien. Pero si el pechito se siente frío, o si la piel tiene un color azulado, ponle una gorrita en la cabeza para ayudarle a retener el calor y llama al doctor.
En general, no tienes nada de qué preocuparte. Al igual que ocurre con los adultos, el bebé está manteniendo sus órganos vitales calentitos, dirigiendo parte del calor de sus manos a su torso. Si tiene las manitas frías y quieres asegurarte de que está bien, pon una mano en su pecho para saber si esa parte del cuerpo está a una buena temperatura, sugiere Jason Homme, un pediatra de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota. Si ése es el caso, está bien. Pero si el pechito se siente frío, o si la piel tiene un color azulado, ponle una gorrita en la cabeza para ayudarle a retener el calor y llama al doctor.
El cuidado del bebé
Todo sobre las caquitas
Todo sobre las caquitas
Seguramente cuando estabas embarazada aún no sabías que te ibas a convertir en una experta en cosas que nunca imaginaste, como por ejemplo las caquitas de tu bebé.
Durante los primeros meses el bebé tiene varias deposiciones acuosas al día (posiblemente hasta ocho o diez), tanto si está lactando como si toma biberón. Esto se debe a que el tracto intestinal de un recién nacido no absorbe los alimentos tan bien como el de un un bebé más mayor, y gran parte de lo que come pasa por el intestino y sale como deposición. Cuando comience a comer sólidos en unos pocos meses, puede que tenga sólo una deposición al día o incluso una cada varios días. Notarás diferencias muy grandes en el color, consistencia y olor de la caquita.
Lo que ahora es importante no es cuántas hace caquita al día, sino el aspecto de esas caquitas. Si el niño está tomando leche de fórmula, las deposiciones serán más firmes que si lo estás amamantando. Sin embargo, si son más firmes que la consistencia que tiene la mantequilla de cacahuate (maní), puede que esté estreñido. En caso de que sea así, habla con tu pediatra sobre cómo resolver el problema.
Todo sobre las caquitas
Seguramente cuando estabas embarazada aún no sabías que te ibas a convertir en una experta en cosas que nunca imaginaste, como por ejemplo las caquitas de tu bebé.
Durante los primeros meses el bebé tiene varias deposiciones acuosas al día (posiblemente hasta ocho o diez), tanto si está lactando como si toma biberón. Esto se debe a que el tracto intestinal de un recién nacido no absorbe los alimentos tan bien como el de un un bebé más mayor, y gran parte de lo que come pasa por el intestino y sale como deposición. Cuando comience a comer sólidos en unos pocos meses, puede que tenga sólo una deposición al día o incluso una cada varios días. Notarás diferencias muy grandes en el color, consistencia y olor de la caquita.
Lo que ahora es importante no es cuántas hace caquita al día, sino el aspecto de esas caquitas. Si el niño está tomando leche de fórmula, las deposiciones serán más firmes que si lo estás amamantando. Sin embargo, si son más firmes que la consistencia que tiene la mantequilla de cacahuate (maní), puede que esté estreñido. En caso de que sea así, habla con tu pediatra sobre cómo resolver el problema.
Tu bebé de 2 meses
Ahora que ha cumplido los dos meses, tu bebé es un compañero de lo más agradable cuando está contento. Los reflejos que tenía al nacer ya no dominan sus movimientos: está aprendiendo a controlar su cuerpo y también su mente. Escucha con atención nuevos y diferentes sonidos y busca en el cuarto cosas interesantes para ver. Se enfoca con intensidad, aunque brevemente, en aquello que le llama la atención. Lo que más le gusta es verse las manos, juntarlas y metérselas en la boquita.
Hacer sonidos ininteligibles es su forma de expresar alegría, y también una forma de ejercitar sus cuerdas vocales. Ahora puedes tener una "conversación" con tu bebé. Cuando haga gorjeos o deje escapar sonidos, dile algo cortito o imita el sonido que hizo. Luego espera a que él "diga" algo. Este tipo de conversación por turnos puede que no te parezca muy emocionante por el momento, ¡pero es la forma en la que tu bebé está aprendiendo a hablar!
Hacer sonidos ininteligibles es su forma de expresar alegría, y también una forma de ejercitar sus cuerdas vocales. Ahora puedes tener una "conversación" con tu bebé. Cuando haga gorjeos o deje escapar sonidos, dile algo cortito o imita el sonido que hizo. Luego espera a que él "diga" algo. Este tipo de conversación por turnos puede que no te parezca muy emocionante por el momento, ¡pero es la forma en la que tu bebé está aprendiendo a hablar!
sábado, 20 de agosto de 2011
5 síntomas de preocupación en el recién nacido
Los primeros sustos en mamás primerizas
De un recién nacido nos preocupa casi todo: si tiene hipo, estornuda... Habitualmente se tratan de respuestas normales en su nueva etapa de adaptación a la vida extrauterina.
Te contamos esos primeros signos y síntomas, habituales en el recién nacido, que no suponen una alarma en la salud del bebé:
Pérdida de peso
recién nacidoTodos los niños pierden peso al nacer, es lo que se conoce como pérdida fisiológica, pudiendo adelgazar hasta un 10 por ciento del peso del nacimiento. Ocurre de este modo, porque nacen con un exceso de líquido que van perdiendo posteriormente.
Por este motivo, si en los primeros días le sucede esto a tu bebé, no pienses que es porque tu leche no le alimenta. A partir del sexto día empezará a recuperar su peso. Si no sucede así en una-dos semanas, consúltalo con tu pediatra.
Hipo
Que el niño tenga hipo no tiene ninguna importancia. Éste se produce por el estímulo de un nervio cuando la comida llega al estómago e igual que aparece, desaparece solo. Poniéndole al pecho, le ayudarás a que desaparezca más rápidamente.
Engordaderas
Es frecuente que el bebé tenga unos granitos blancos o amarillentos en la cara, llamados tradicionalmente engordaderas. No los toques ni intentes explotarlos, pues son acúmulos de grasa que desaparecerán por sí solos.
Costra láctea
Igual de común es encontrarnos unas placas de escamas, blanquecinas o de color amarillento, fuertemente adheridas a su cabeza. Se trata de la costra láctea. Un problema, simplemente estético, que acaba desapareciendo con el tiempo, aplicando vaselina o un aceite corporal.
costra lácteaCaracterísticas de las deposiciones
No debes asustarte con las primeras deposiciones del recién nacido. Expulsará el llamado meconio, unas cacas negruzcas, densas y pegajosas, de aspecto muy parecido al petróleo.
Posteriormente comenzará con el ritmo intestinal normal de un bebé, es decir, deposiciones frecuentes (incluso tras cada toma) y líquidas, sin que se trate de diarrea. Tras unas cuatro o seis semanas es habitual que el ritmo de evacuación se vuelva más lento y hagan deposición una vez al día o incluso menos.
También es normal que nos parezca extraño el color. Suelen ser verdosas o amarillo-verdosas. Esta coloración se debe a la bilis. Si fueran verdes, pero líquidas, con moco y frecuentes, debería ser valorado por su pediatra.
De un recién nacido nos preocupa casi todo: si tiene hipo, estornuda... Habitualmente se tratan de respuestas normales en su nueva etapa de adaptación a la vida extrauterina.
Te contamos esos primeros signos y síntomas, habituales en el recién nacido, que no suponen una alarma en la salud del bebé:
Pérdida de peso
recién nacidoTodos los niños pierden peso al nacer, es lo que se conoce como pérdida fisiológica, pudiendo adelgazar hasta un 10 por ciento del peso del nacimiento. Ocurre de este modo, porque nacen con un exceso de líquido que van perdiendo posteriormente.
Por este motivo, si en los primeros días le sucede esto a tu bebé, no pienses que es porque tu leche no le alimenta. A partir del sexto día empezará a recuperar su peso. Si no sucede así en una-dos semanas, consúltalo con tu pediatra.
Hipo
Que el niño tenga hipo no tiene ninguna importancia. Éste se produce por el estímulo de un nervio cuando la comida llega al estómago e igual que aparece, desaparece solo. Poniéndole al pecho, le ayudarás a que desaparezca más rápidamente.
Engordaderas
Es frecuente que el bebé tenga unos granitos blancos o amarillentos en la cara, llamados tradicionalmente engordaderas. No los toques ni intentes explotarlos, pues son acúmulos de grasa que desaparecerán por sí solos.
Costra láctea
Igual de común es encontrarnos unas placas de escamas, blanquecinas o de color amarillento, fuertemente adheridas a su cabeza. Se trata de la costra láctea. Un problema, simplemente estético, que acaba desapareciendo con el tiempo, aplicando vaselina o un aceite corporal.
costra lácteaCaracterísticas de las deposiciones
No debes asustarte con las primeras deposiciones del recién nacido. Expulsará el llamado meconio, unas cacas negruzcas, densas y pegajosas, de aspecto muy parecido al petróleo.
Posteriormente comenzará con el ritmo intestinal normal de un bebé, es decir, deposiciones frecuentes (incluso tras cada toma) y líquidas, sin que se trate de diarrea. Tras unas cuatro o seis semanas es habitual que el ritmo de evacuación se vuelva más lento y hagan deposición una vez al día o incluso menos.
También es normal que nos parezca extraño el color. Suelen ser verdosas o amarillo-verdosas. Esta coloración se debe a la bilis. Si fueran verdes, pero líquidas, con moco y frecuentes, debería ser valorado por su pediatra.
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