Cómo y cuándo revelar la verdad a tu hijo
En la sociedad en la que vivimos cada vez es más común, y esta mejor visto, recurrir a la adopción de un niño cuando una pareja tiene problemas de fertilidad o simplemente, para ofrecer al menor la oportunidad disfrutar de una vida en familia. Por lo general este proceso se lleva a cabo cuando el niño está en sus primeros años de vida.
Con la llegada del nuevo miembro a la familia surgen las dudas en los padres adoptivos sobre cómo abordar la situación con su hijo por miedo a cómo pueda afectarle la revelación y sobre todo, por miedo al rechazo.
El mejor momento
Los psiquiatras recomiendan que sean los propios padres los encargados de informar al niño acerca de su origen para evitar que el enterarse por personas externas al seno familiar originase una fuerte desconfianza hacia los padres que marcaría la relación durante años. Además, tratando el tema con naturalidad se evita que el niño asocie su proceso de adopción con algo vergonzoso y malo.
familiaRespecto a la edad más adecuada para ello, los especialistas no se ponen de acuerdo en si lo mejor es hacerlo en edades tempranas o esperar a que el niño crezca. Lo que si consideran necesario es que la confesión se produzca antes de que el niño llegue a la temida etapa de la adolescencia.
Los que recomiendan que los padres conversen con el hijo sobre su origen en los primeros años de su vida, consideran que es la mejor forma para que el niño acepte e integre la idea de ser adoptado en su vida con total normalidad evitando posibles futuros problemas psicológicos. Por el contrario, hay quien considera que ese momento temprano puede provocar confusión en el niño al no entender el concepto de adopción, por lo que recomiendan esperar a que el niño sea más mayor.
El niño en la adolescencia
Es muy normal en adolescentes la necesidad de la búsqueda y lucha por la identidad, analizando cómo encajan en la sociedad (familia, amigos, compañeros...). Por ello, es más común de lo que creemos que el niño adoptado sienta una especial curiosidad por conocer cualquier información sobre sus padres biológicos que le ayude a saber quién es a través de su origen. No hay porqué alarmarse, esta búsqueda de información no es sinónimo de rechazo hacia los padres adoptivos. Es importante hacerle saber al niño que es un deseo natural y que no debe sentirse culpable por ello. Además, si se dispone de la información, lo más correcto es ofrecerle, con tacto y mediante una conversación dándole apoyo, la información sobre su familia natural.
Las consecuencias de la verdad
familiaEs muy difícil marcar unas reacciones comunes a todos los niños, según la edad y el grado de madurez reaccionarán de manera diferente.
Es importante hablar de la adopción con franqueza, respondiendo a todas las dudas que puedan surgir, presentándola como algo positivo en la familia. De este modo, evitaremos que el niño fantasee sobre su origen y rechace la idea de ser adoptado.
Cada caso es único, por ello, si fuera necesario, no hay que dudar en recurrir a un especialista. Puede ser de gran ayuda tanto en los casos en los que los padres no saben cómo hablar de la adopción con su hijo y buscan asesoramiento previo, como en aquellos en los que tras haber sido desvelada la verdad se quiere analizar las consecuencias que haya podido ocasionar en el seno familiar o si, por desgracia, la noticia no ha sido bien acogida por el niño.