Crear una mezcla de harinas sin gluten para repostería es todo un arte. Como no tenemos el gluten para aportar estructura y elasticidad, necesitamos combinar diferentes harinas condistintas funciones. Aquí te detallo cada tipo:
HARINAS BASES
Las harinas base son el pilar de tu mezcla, las que aportan la mayor parte del volumen y cuerpo a tus preparaciones. Suelen tener un sabor neutro y son la base sobre la que construirás el resto de la mezcla. Función: Aportar volumen, estructura principal y una base de sabor neutro para que los demás ingredientes brillen.
Ejemplos:
Harina de arroz (blanco o integral): Es una de las más comunes y versátiles por su sabor neutro. La integral aporta más nutrientes y fibra. Tiende a dar una textura ligeramente arenosa si se usa sola, por eso se combina con otras. Es excelente para galletas, bizcochos y espesar salsas.
Harina de maíz (no confundir con maicena): También de sabor neutro, aunque puede tener un ligero dulzor. Aporta suavidad y es buena para panes, bizcochos y masas.
Harina de sorgo: Con un sabor suave y ligeramente dulce, es una harina base muy nutritiva. Se comporta bien en productos horneados.
Harina de mijo: De sabor suave y rico en nutrientes. Puede aportar un poco de humedad.